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Rocío Ortiz, en la Olimpiada Española de Biología.

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En la entrevista, Rocío Ortiz, alumna de segundo curso de Bachillerato, nos cuenta su experiencia en la fase autonómica de la Olimpiada Española de Biología (OEB), programa que se celebra en nuestro país desde el año 2005.

Preséntate Rocío; ¿quién eres y dónde estás?

Soy Rocío Ortiz, tengo 18 años y estoy estudiando segundo de Bachillerato de ciencias en el Drago; también estudio 6º de profesional en el conservatorio, flauta travesera. Siempre he estado interesada en otras actividades complementarias del instituto, he solicitado becas, he participado en campamentos de verano y también en esta Olimpiada.

¿Puedes contar qué es esto de las Olimpiadas?

Es una prueba de biología, creo que se hace en todas las asignaturas pero yo me presenté a las de biología. Se hace un examen tipo test, es por regiones, y los tres mejores de cada región pasan a una fase nacional, creo que son cinco o seis días en la Universidad, hacen varios exámenes pero sobre todo la mayor parte del tiempo estás es trabajando en el laboratorio con profesores de la universidad y científicos, y si ganas, además del premio en dinero hay posibilidad de participar en una Olimpiada internacional y también en otra específicamente iberoamericana.  

¿Cómo fue la preparación para la prueba?

Entras en una página web, que tiene modelos de exámenes de otros años, y te los vas preparando para saber orientarte sobre el tipo de preguntas que hacen. Suele ser una preparación complementaria a lo que has dado; porque a lo mejor has dado ese proceso pero te hace falta conocer los nombres específicos de los órganos o las enzimas que actúan. Es algo que requiere bastante tiempo; y hay que ser muy autodidacta o contar con un profesor que esté dispuesto a ayudarte mucho.

¿Cómo fue la experiencia del examen?, porque al final no lo conseguiste. ¿Qué pasó?

La verdad es que el examen es bastante difícil. Si son 100 preguntas, puede que 40 sean de las que se supone que tienes que saber, que son básicas; y las demás son preguntas sobre cosas que no has escuchado ni has estudiado en clase pero que si tienes mucho interés y has complementado por tu cuenta se supone que las tienes también que conocer. Pero a mí no me gustó mucho el tipo de examen, porque parecía que se valoraba, más que el hecho de que supieses biología, que supieses memorizar. Eran muchos nombres específicos; yo en el laboratorio puedo resolver problemas sin conocer esa terminología específica, por lo que no creo que el hecho de conocer la terminología sea tan esencial. Imaginemos una persona con una capacidad de memorización muy grande: sería capaz de memorizar todos los nombres sin saber a desarrollar el proceso y podría ir a este tipo de examen y sacar un 10; se consideraría el que más sabe de biología sin que en realidad sea así. Me parece bastante injusto, la verdad. En las Olimpiadas de física, por ejemplo, ponen cinco problemas -problemas tipo de selectividad que se supone tienes que poder resolver estando ya en segundo de bachillerato- y otros dos problemas que son mas de razonar y que si dominas los conceptos puedes sacarlos. Este sistema sí me parece más justo; permite comprobar mejor si sabes de la materia.

Lo has explicado muy bien. Y además estoy de acuerdo contigo: deberíamos orientar la enseñanza hacia la resolución de problemas, no en base a la memorización ciega. ¿Hay algo más que te gustaría comentar?

Me gustaría que los institutos tuviesen más participación, que estuvieran más enterados de estas cosas, porque la mayoría de veces que me he enterado de la existencia de este tipo de actividades ha sido porque por amigos o por mí misma lo he encontrado por internet. Hay gente que es muy buena y que no tiene la posibilidad de tener estas experiencias porque no tiene los recursos, no es tan autodidacta o desde su instituto no se fomenta la participación en estas actividades. Además son proyectos muy independientes: los recursos que propone la universidad solo se conocen cuando uno entra buscando específicamente en la página e incluso cuando se trata de proyectos del Ministerio tampoco es algo que sea fácilmente accesible. Contar con mejor difusión en los institutos vendría muy bien.

¿Algo más ya para terminar?

Sí, me dio la impresión de que lo que se da de base no es lo que luego se pregunta. De hecho, lo comenté con otra participante al salir: habíamos basado nuestros estudios en hacer las preguntas tipo de la página web, intentas buscar información para encontrarles solución, vas apuntando las cosas que no sabes, pero luego las preguntas eran muy distintas a las de la página, así que la preparación que podías tener no servía mucho. Casi un 70 o un 80 por ciento de las cuestiones eran así. Además de pesar la memorización, también termina pesando la suerte.

Muy bien, Rocío: ¿y cuáles son tus proyectos para el año que viene?

Me gustaría estudiar biotecnología aquí, en la Universidad de Cádiz; en nuevas energías renovables.